Blog del Valle de Soba:IBI (CONTRIBUCION)

Insisto, es conveniente que sepamos lo que es este impuesto y como se gestiona, de tal forma de que no nos tomen el pelo.
Esto afecta a todo, y a todos, sobre todo a las viviendas y cuadras nuevas.

La Clave de Cantabria24horas.com

Atentos todos a las subidas del IBI (o el "catastrazo" de la crisis)

De todos los impuestos que nos van a subir, parece un tanto escondido el del IBI, que aplican los ayuntamientos y que va a suponer suculentos ingresos para la hacienda pública y, consiguientemente, para los municipios. El ministro Montoro ha invocado la doctrina del mal menor para explicar la subida general de impuestos. Si éste es el menor, ¿cuál es el mal mayor? ¿Que el Estado invente impuestos nuevos, como en Grecia, por ejemplo, el de vivir en una ciudad? ¿O el mal mayor es que todo se vaya a tomar por donde rompen los sacos? La verdad es que la ciudadanía está preocupada y con razón ya que no parece llegar el alivio de la crisis, ejemplo en Cantabria donde el paro sigue en aumento y ayer mismo se ha anunciado un ERE en la empresa Teka que afectará a casi doscientos trabajadores.
Por tanto, al margen de las declaraciones florentinas de Montoro, es decir, que si el mal es mayor o menor, lo que queremos saber es cuánto durará todavía el mal estado de la economía y los males añadidos, como son las elevaciones tributarias. Pero esto, nos tememos, no lo sabe ni el Gobierno porque es muy probable que vayan a ciegas al 50 por ciento, esto es, que exista una idea aproximada de lo que hay que hacer, de lo que Europa recomienda, pero una incertidumbre palpable de cómo las medidas de ajuste repercutirán en un país con cinco millones de parados (y aumentando) y con dos pilares derruidos de su economía tradicional: lo inmobiliario y el consumo interno.
Queremos decir que igual esto se hunde más. Pues bien, en medio de este marasmo, lo que nos sigue pareciendo un auténtico atraco es la subida del IBI, que es una especie de «catastrazo» decretado por el Gobierno central para satisfacción de los ayuntamientos. En efecto, los ayuntamientos están bien calladitos porque el subidón les viene de perlas. De hecho, el Gobierno quiere parecer hábil sosegando a las municipalidades con esta medida, pero a costa de castigarnos a todos.  Y más cuando la medida esperada hubiera sido la reforma del mapa municipal o, mejor dicho, la desaparición de municipios que no tienen razón de ser por número de habitantes.  Por aquí sí había que ir -es lo que quieren los ciudadanos- pero no parece que se esté por la labor.
Por tanto, tenemos que atenernos a la subida del IBI que se ha colado de una manera no prevista y que asaltará nuestras maltrechas economías.

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